La política de pronunciar siempre un juicio moral no significa que uno deba considerarse a sí mismo como un misionero cargado con la responsabilidad de «salvar las almas de los demás», ni que se deban ofrecer evaluaciones morales no solicitadas a todos aquellos con los que uno se encuentre. Significa: a) que uno debe tener en forma clara, completa y verbalmente identificable su propia evaluación moral de cada persona, cuestión o hecho con que se enfrente y estar dispuesto a actuar en consecuencia; b) que uno debe hacer conocer a los demás su evaluación moral personal cuando es racionalmente apropiado hacerlo. Esto último no implica que hay que lanzarse a realizar denuncias e iniciar debates morales innecesarios, pero sí que uno debe pronunciarse en aquellas situaciones en las cuales el silencio puede interpretarse objetivamente como un tácito acuerdo o aprobación de la maldad.

- Ayn Rand. La virtud del egoísmo (1964).


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7/17/2024, 6:00:17 PM  -  3 months ago.

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