—Katie..., durante seis años... pensé en cómo te pediría perdón algún día. Y ahora tengo la oportunidad, pero no lo voy a hacer. Parece..., parece fuera de lugar. Sé que es terrible decir eso, pero así me lo parece. Fue lo peor que he hecho en mi vida, pero no porque te hiciera daño. Te hice daño, Katie, y quizá más del que tú misma eres consciente. Pero no fue mi peor culpa... Katie, yo quería casarme contigo. Era lo único que quería de verdad. Y ése es el pecado imperdonable: no haber hecho lo que quería. Resulta tan sucio, absurdo y monstruoso como lo que piensa uno de la locura, porque no tiene sentido, ni dignidad, nada salvo dolor, un dolor malgastado... Katie, ¿por qué siempre nos enseñan que hacer lo que queremos es lo fácil y está mal, y que necesitamos disciplina para contenernos? Es lo más difícil del mundo: hacer lo que queremos. Y requiere la mayor clase de valentía. Me refiero a lo que queremos de verdad. Como yo quería casarme contigo. No como quiero acostarme con alguna mujer o emborracharme o que mi nombre salga en los periódicos. Eso, que ni siquiera son deseos, son cosas que hace la gente para escapar de los deseos, porque es una gran responsabilidad, querer algo de verdad.

- Ayn Rand. El Manantial (1943).


Sent 3 times

7/2/2024, 6:00:10 PM  -  3 months ago.

Made with Fresh