—Usted es tonto de remate. No hay derecho a que se preocupe por lo que piense de su trabajo, qué soy o por qué estoy aquí. Usted es demasiado bueno para eso. Pero, si quiere saberlo, creo que es usted el mejor escultor que tenemos. Lo pienso porque sus esculturas no son lo que los hombres son, sino lo que podrían ser y deberían ser. Porque usted ha ido más allá de lo probable y nos ha hecho ver lo que es posible, pero posible sólo a través de usted. Porque sus esculturas están más desprovistas de desprecio a la humanidad que cualquier otra obra que haya visto. Porque tiene usted un magnífico respeto al ser humano. Porque sus esculturas son lo heroico que hay en el hombre. Así que no vine aquí a hacerle un favor o porque sienta pena por usted o porque usted necesite desesperadamente un trabajo. Vine aquí por una razón sencilla, egoísta: la misma razón que hace que un hombre elija el alimento más limpio que pueda encontrar. Es una ley de supervivencia, ¿no?, buscar lo mejor. No vine aquí por su bien, sino por el mío.

- Ayn Rand. El Manantial (1943).


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2/25/2024, 5:00:10 PM  -  7 months ago.

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