Bajo la amenaza de retener fondos y contratos gubernamentales, el Departamento de Salud, Educación y Bienestar está imponiendo ahora cuotas raciales y de género a las facultades de la universidad, exigiendo que cierto número no especificado de maestros esté compuesto por miembros de minorías étnicas y de mujeres. Como recochineo, el Departamento insiste en que eso no es una exigencia para tener cuotas ni una exigencia para poner las consideraciones raciales por encima del mérito, sino una exigencia para «demostrar» que una universidad (por ejemplo, la Universidad de Columbia) ha hecho un esfuerzo «para encontrar» maestros de igual mérito entre esos grupos. Trata de demostrarlo. Trata de demostrar que has «buscado». Trata de medir y de demostrar el mérito de los diferentes aspirantes..., cuando no se ha presentado ni se conoce ningún estándar de comparación preciso y objetivo. El resultado es que casi a cualquier mujer o a cualquier miembro de una minoría se le da preferencia sobre cualquier otra persona. La consecuencia es una desazón creciente acerca de su futuro entre jóvenes maestros del sexo masculino que no pertenecen a una minoría étnica: ellos son ahora víctimas de la discriminación más obscenamente malvada; obscena, porque es perpetrada en nombre de la lucha contra la discriminación.

- Ayn Rand. Filosofía: quién la necesita (1982).


Sent 3 times

3/29/2024, 5:00:12 PM  -  6 months ago.

Made with Fresh