[...] inténte imaginar un robot inmortal e indestructible, un ente que se mueve y actúa pero al que nada puede afectar, que no puede ser cambiado de ninguna manera, que no puede ser dañado, lesionado o destruido. Tal ente sería incapaz de tener valores, no tendría nada que perder ni ganar, le sería imposible considerar que algo está en su favor o en su contra, que algo pudiera favorecer o amenazar su bienestar, o realizar o frustrar sus intereses. No podría tener intereses ni metas.

- Ayn Rand. La virtud del egoísmo (1964).


Sent 3 times

7/24/2024, 6:00:19 PM  -  2 months ago.

Made with Fresh