—Predicar el altruismo. Decirle al hombre que debe vivir para los demás. Decirles a los hombres que el altruismo es el ideal. Ni uno solo de ellos lo ha alcanzado nunca y ni uno solo lo alcanzará. Todos sus instintos vitales gritan contra ello. Pero ¿no ves lo que has logrado? El hombre se da cuenta de que es incapaz de lo que ha aceptado como la virtud más noble, y eso le hace sentir la culpa, el pecado, su fundamental falta de mérito. Puesto que el ideal supremo está fuera de su alcance, acaba renunciando a todos los ideales, a todas las aspiraciones y a todo su sentido de valor personal. Se siente él mismo obligado a predicar lo que no puede poner en práctica. Pero uno no puede ser bueno a medias u honrado de manera aproximada. Preservar la integridad personal es una dura batalla. ¿Por qué preservar lo que sabes que ya se ha corrompido? Su alma renuncia a su autoestima. Y ya lo tienes. Obedecerá. Estará encantado de obedecer, porque no puede confiar en sí mismo, se siente inseguro, se siente sucio.

- Ayn Rand. El Manantial (1943).


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7/26/2024, 6:00:10 PM  -  2 months ago.

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