Todos hemos tenido que enfrentarnos con esas personas exasperantes que no escuchan lo que decimos, sino las vibraciones emocionales de nuestra voz, traduciéndolas ansiosamente en aprobación o desaprobación, para luego responder en consecuencia.
Este es un tipo de argumento por intimidación autoimpuesto, al cual el metafísico social se rinde en la mayoría de sus encuentros con otras personas.
Y en consecuencia, cuando se enfrenta a un adversario, cuando se desafían sus premisas, recurre automáticamente al arma que más lo aterroriza: la retirada ante una sanción moral.
- Ayn Rand. La virtud del egoísmo (1964).
10/10/2024, 6:00:10 PM - 3 months ago.